Me han escrito algunos seguidores del blog, gracias amigos, cuasi reprochándome que la mayoría de las veces no hago recomendaciones concretas con nombres de sitios para comer o donde alojarse. Obviamente esto tiene una explicación y aquí va.
Con la forma de viajar que me gusta, casi tengo que decir que los hoteles son relativamente importantes. Habitualmente me gusta viajar en coche, trazando rutas o dejándome perder para llegar por la noche al sitio donde tenía previsto, una ducha, cena y depende del grado de cansancio acumulado por el día, salir a ver la ciudad de noche o no.
En estas circunstancias, lo que le pido a un hotel de paso, es que esté céntrico, limpito y que tenga una cama cómoda. El lobby y demás servicios me importan relativamente, porque lo probable, es que a la mañana siguiente tras un suculento desayuno en el hotel o alrededores, arranque la caña hacia nuevos destinos. Todo esto tiene una excepción naturalmente. Cuando voy a estar unos días o semanas en la misma ciudad, si que busco un hotel con otras prestaciones que las meramente alojativas. En Londres tengo mi hotel de cabecera, en París, Roma y Amsterdam tengo zonas y no hoteles concretos y en Cuba siempre recomiendo los alojamientos particulares. Son más emocionantes y menos controlables.
Eso en cuanto a la dormida, pero con la comida tampoco me gusta hacer recomendaciones concretas, porque los paladares y las economías son muy distintas y para eso hay guías estupendas que comprometen su reputación señalando establecimientos concretos. Así que pido a mis lectores que me disculpen estas licencias y eso si, si quieren alguna recomendación personal, mi mail está a su disposición y a nivel particular les podré decir donde como y por cuanto.
Y ahora quiero dejarles con una de mis canciones preferidas en una muy especial versión grabada en distintas ciudades con mucho encanto y sobre todas y cada una de ellas espero escribir próximamente en un especial Stand by me.