domingo, 29 de marzo de 2009

Rincón en Gran Canaria. Atardecer en Meloneras.


Si alguna vez están de paso o turismo por esta bella isla canaria y les apetece estar un rato ensimismados, con los cascos puestos o sumergidos en una lectura interesante, siéntese en la terraza del bar Tertulia del hotel Costa Meloneras.

Allí, con el sonido de las fuentes, junto a un palmeral y contemplando como la inmensa piscina esta aparentemente unida al calmoso mar de Maspalomas, pueden disfrutar de un café, la soledad en compañía y uno de los más bellos atardeceres de esta parte del planeta. Con el café, ponen una deliciosas galletitas tostadas, que cuando no me las como, casi siempre, las pongo en el murete de la fuente, y al instante unos gorrioncillos contribuyen a alegrarme, más si cabe, el instante idílico.

Desde cualquier parte de la isla es fácil llegar, basta buscar la silueta del Faro de Maspalomas, esta pegadito, o closer como dicen los ingleses que fueron de los primeros en disfrutarlos.

Rincón en Paris.Plaza Vendome

Desde cualquier lugar que esté en París, a veces me apetece coger el metro hasta la estacion de Les Tulleríes. Cruzo a la acera de enfrente al jardín, y comienzo mi disfrute por la rue Rivoli en dirección a la plaza de la Concordia pero sin intención de llegar. Casi siempre me pierdo antes y disfruto de este trozo de calle con soportales antes de alcanzar mi destino buscado, la plaza de Vendome.




Voy empapándome de lo lindo de esta ciudad mientras camino hasta encontrar la rue Castiglione, D. Baltasar, el “uomo universale” del renacimiento italiano, que me va a llevar directamente al paraíso del rico rico en la “rive droite” del mundo mundial, que igual que la otra “rive”, la gauche o izquierda, tiene unos encantos tan parisinos como singulares aunque de diferente signo económico, no así artístico, porque una de las miles de cosas que me gusta de esta ciudad de la luz es que la monumentalidad de sus calles y su arte es paralela en las dos orillas. Me recuerda lo de la “novela río” por la que transcurre la vida. Digresiones aparte, obviamente mi objetivo no es comprar aunque si admirar sus estupendos escaparates mientras pienso en lo que pudo haber sido y no fue.


Pero antes de llegar a la rue Castiglione, hay veces que me siento generoso conmigo mismo y me apetece entrar a cualquiera de los suntuosos hoteles que existen en este trozo de Rivoli que recorro y regalarme un café olé en algunos de los bares junto a la “creme de la creme” , o quizá curiosotes como yo que los pululan.

El recuerdo me va disipando los dispendios pero no así las cosquillas en el alma que me hicieron algunos cafes o whiskitos tomados en el Crillón o en Le Meurice, pero lo cierto es que resulta difícil no dejarse impresionar por la majestuosa entrada desde las Tullerías, o por los decorados de mármol, los preciosos candelabros y los imponentes suelos de mosaico. El restaurante del Meurice es uno de los más hermosos de la ciudad, con las mesas engalanadas de manteles de damasco y adornadas con candelabros de tres brazos y la mejor porcelana de Limoges.

La calle Castiglione finaliza en una plaza rectangular ubicada sobre la calle Saint-Honoré. En el medio, encontramos la Columna Vendome conocida también como la Columna de Austerlitz, de factura y belleza inferior a la de la Concordia, construida por Napoleón Bonaparte en honor a su victoria en esa batalla. Es por ello, que si miramos bien podremos ver en lo alto una escultura del emperador. Personalmente me encanta la estética de este sitio, sus farolas de clásico estilo parisino, su pavimento siempre limpio, algo no tan común en las calles de esta ciudad y sobre todo algo que choca en París, su escaso tráfico rodado.

Pero si interesante es la placita por su arquitectura y su historia, debemos recordar que famosa es porque aquí llegan personas de la jet-set internacional, ya sean reinas, princesas, modelos, cantantes, actrices o simplemente personas comunes y corrientes con mucho dinero. ¿Le gustaría comprar un reloj de Cartier, Maubossin o Buccellati? ¿Qué tal un collar Audemars Piguet, unos zarcillos Poiray o unas esmeraldas Alexandre Réza? ¿Algún perfume Chanel? No es broma, la Place Vendome alberga todas estas tiendas y un sitio tan emblemático como el hotel Ritz que cuenta con dos bares de tirar para atrás: el Hemingway y el Vendôme, para un cóctel romántico.

Tras curiosear lo justito por estos imponentes escaparates, mis pasos se dirigen hacia un lugar donde puedo hacer algo para mi muy especial, saborear relajadamente un kir royal, combinado de cassís y champagne, en el bar Hemingway. Se los recomiendo.

Nota para los cultos: La imagen bucólica de la rue Rivoli, es un óleo de un pintor parisino de apellidos españoles poco conocido que falleció en 1.969 a los 87 años. Eduard Leon Cortés, autor de muchas escenas urbanas en París y de las campiñas bretona y normanda.

viernes, 27 de marzo de 2009

París. Paseo desde El Sacre Coeur a Montmartre.


Hoy les quiero llevar de paseo por dos lugares que a mí me parecen especialmente encantadores, con dos estilos diferentes y con la suerte de estar uno a continuación del otro. En el primero, Sacre Coeur, contemplaremos un singular monumento y desde allí, descenderemos dando un paseo por unos los barrios más típicos de la bohemia parisina, Montmartre.

Desde cualquier punto de la Ciudad de la Luz, en metro podremos llegar hasta la estación de Abbesses en la línea 12 en dirección a la Porte de la Chapelle. Desde la estación está perfectamente indicado la ubicación del funicular para ascender a la basílica. Se puede usar el billete del metro o pagar un euro y medio por los cinco minutos de arrulladita. Otra opción es subir a pie por una interminable escalinata, que da paso a la fachada de la iglesia y al pórtico de tres arcadas que la precede, por encima del cual, aparecen las estatuas ecuestres del rey Luis el Santo o Juana de Arco.

Una vez arriba, visitamos la Iglesia dedicada al Sagrado Corazón de Jesús (en francés, Sacré Coeur) y que se consagró tras la invasión alemana, en 1919 con una campana muy historiada al ser una de las mayores del mundo, con un peso de casi diecinueve toneladas. Desde el punto de vista arquitectónico, es una curiosa mezcla de estilos románico y bizantino, teniendo cuatro cúpulas típicamente orientales. A mi me pareció una iglesia bastante tétrica, quizá por la poca iluminación que recibe por sus preciosas vidrieras y el silencio imperante, Desde el interior se puede acceder a la cripta, situada en el subterráneo, y a la cúpula, desde donde se admira una hermosísima vista de París que en días claros permite divisar hasta la torre Eiffel.

Después de la típica foto “..y al fondo Paris”, comenzamos el descenso agradable por Montmartre, el barrio de los pintores e inspirador de la famosa Boheme, que fue cuna de los impresionistas , de la bohemia parisina del siglo. XIX, y es un gustazo caminarlo en una bajada suave y disfrutar de su arquitectura, sus cafés, sus boulangeries y llegar en un lindo paseo hasta la plaza de Pigalle, haciendo el que guste, una visita al cementerio del mismo nombre en la Plaza de Clichy, famoso por albergar entre su nómina de muertos desde Alejandro Dumas novelista a Degas pintor, incluyendo a la famosa cantante Dalida, que por cierto tiene una estatua en un rinconcito del barrio. Este lugar simboliza el París artístico, quijotesco, apacible, y casi caprichoso que chifla a todo los románticos que por el mundo pululan.


El barrio, que es mucho barrio, permite también otra opción a los cinéfilos que se quedaron pillados con Amelíe. Esta el bar donde trabajaba que sale en la peli, café Deux Molins Rue Lepic 12, a casi cuatro euros un café, se puede visitar igualmente la frutería del señor Colignon, la puerta de la casa de la protagonista, el tío vivo y todo lo que le pueda interesar a los fans de la película. Toda la ruta está marcada en cualquier plano de Monmartre.

Finalmente nos encontramos con la Plaza de Pigalle y su avenida llena de lugares interesantes, pero Pigalle ya es otra zona y otra visita, pero antes de abandonar el el barrio si quisiera comentarles algo.

A mi, personalmente, despues de este romantico y evocador paseo lo que me apetece y hago, es sentarme en la plaza de Monmartre y disfrutar de un atardecer parisino frente a una taza de chocolate y con el alimento para el alma de los cálidos olores de la pâtisserie de la esquina. Realmente gratificante e impagable saborear este lugar y esta canción.




lunes, 23 de marzo de 2009

Rincon en Londres. St. Martin-in-the-Fields.

Unos de mis muchos lugares con encanto de Londres, reúne varias características que lo hacen especial. El entorno urbano, la monumentalidad arquitectónica y el contenido lúdico. Es una iglesia situada en pleno centro, Trafalgar Square, que ya sabemos como llegar, y para ubicarnos coloquialmente, nos ponemos en la plaza, miramos a la National Gallery y justo a la derecha del museo, vemos la iglesia de St. Martin-in-the-Fields.

Diseñada por James Gibbs en 1726, es definitivamente una maravilla arquitectónica. El frente del oeste tiene un hermoso pórtico corintio rodeado de un capitel elevado. Las seis columnas del pórtico se levantan en un grupo de escaleras por sobre St Martin´s Lane. Actualmente, la iglesia se dedica a la realización de muchas actividades, algunas de caridad. St Martin´s alberga las tumbas de muchos famosos como Nell Gwynn, amante de Charles II, de los pintores William Hogarth y Joshua Reynolds y del renombrado artesano Thomas Chippendale, el de los muebles. Recientemente se terminó una restauración financiada por el palacio real, es la iglesia oficial de la familia, en la que una parte crucial, ha sido la colocación tras el altar de una nueva vidriera, una composición abstracta monocroma con una estructura de acero inoxidable que evoca el sufrimiento de Cristo en la Cruz, que le regala una luz que antes no tenia.

Pero si la brillantez artística de la iglesia es inconmensurable, lo que a mi me llamo la atención fue, que en invierno casi todos los mediodías, puedes oír música clásica en vivo. Con independencia a esto, hay conciertos especiales programados o ciclos musicales generalmente gratuitos. Y, aprovechando los mediodías, hay algo que para los españoles hace diferente este lugar. Por un lateral del interior hay una escalera que nos conduce a una cripta subterránea llena de sorpresas, porque no estamos a este tipo de cosas en nuestras iglesias o en catedrales, algo que es muy común en las anglicanas.

Lo primero que no encontramos es una librería de textos religiosos, folletos y recuerdos, para luego dar paso a un estupendo restaurante donde podemos desayunar, o a esta ahora almorzar unos platos de la cocina inglesa mas típica pero con muy buena factura y a unos precios interesantes. Además, contribuimos a sostener obras de caridad pues parte de los ingresos de la comida y bebida se dedican a ayudar a los homeless londinenses a través de The Connection.
Tras una buena comida, saldremos por una escalera directa a la calle y podremos contemplar una minúscula capilla antes de llegar nuevamente al bullicio urbano.

viernes, 20 de marzo de 2009

Rincones con encanto

Igual que el viajero se encuentra a veces, hoteles, restaurante y bares con encanto, se puede encontrar en algunas ciudades, rincones y puntos que recuerdan o seducen por su especial embrujo o el encantamiento que producen en nosotros, que ojo, no tiene que ser igual para todos y esa es una de las diferencias fundamentales que se aprecia entre un viajero y un turista. Lo que para alguien pueda ser lo más maravilloso de una ciudad, a otros no tiene por que decirle nada.

Pues bien, de esos lugares sorprendentes por algún razón especifica, es de lo que quiero hablar en este espacio d e vez en cuando. Evocar algún sitio y contarles cuales fueron mis impresiones o la razón de mi encantamiento. Entre col y col, viaje, meteré alguna lechuga de lugar, que si comparten conmigo bien, y si no, ahí queda para que lo disfruten y si pueden lo vean, y comprueben si al lector le produce lo mismo o justo lo contrario.

Tengo mis rinconcitos en Canarias, Madrid, Londres, Marrakesh, América y en fin, creo que en cada sitio que he visitado me ha dado tiempo casi siempre para disfrutar, de un ratito de soledad, compartida o no, en alguna parte de especial atractivo.

Valga como ejemplo el Campo dei Fiore en Roma. Cada vez que puedo, me siento en cualquier terraza de esta piazzeta y revivo instantes maravillosos frente una focaccia acompañada de su birrita a la spina, mirando la estatua Giordano Bruno quemado aquí mismo en el año 1600 , o recordando a la soberbia signora Ana Magnani en la película del mismo nombre de la plaza y saboreando el bullicioso entorno.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Londinium. Un paseo.

Como casi todo el mundo conoce Londres, en esta ocasión, me limitaré a recomendarles un paseo a pie por una parte de la ciudad que para mí, es especialmente grato y evocador. Naturalmente, el que quiera ir al Museo de madame Tussaud's o cosas por el estilo, hay muy buenas guías de la ciudad de la niebla y del Big Ben.
Personalmente prefiero dormir en algún hotel cerca de Hyde Park, por la zona pobre se entiende, si es que Londres tiene alguna, claro. Hablo de Sussex Gardens, Paddington o en los mejores casos en Bayswater Road, pegadito o closer como dicen ellos a la cara Norte del parque. Pero vale cualquier lugar, porque mi paseo empieza cerca del famoso Speaking Corner´s, en Marble Arch , es decir el principio de la increíble Oxford Street.
En la imagen anterior, vemos el Arco de Mármol que es lo que significa, tal y como lo situaremos al principio de nuestra urbana caminata. Desde cualquiera de las aceras de Oxford St., recomiendo ir por la izquierda, dejando el arquito a nuestra espalda, simplemente porque es más ancha y tiene algún escaparate más espectacular. He de advertir al que no conozca, que entramos en una calle eminentemente comercial y que en cada portal hay al menos dos escaparates. O sea, una gozada para la vista y un sacrilegio para el bolsillo, aunque nuestro objetivo hoy no sea la compra. La calle sigue la ruta de un camino romano, que visión de futuro y que listos eran los “joios”, el cual unía Hampshire con Colchester y llegó a ser el principal camino de entrada y salida de la ciudad. Ocupa aproximadamente unos 2.000 metros desde el Arco en la esquina noreste del Parque, continúa por Oxford Circus, hasta Charing Cross Road y Tottenham Court Road. Al oeste de Marble Arch, Oxford Street se convierte en Bayswater Road. Oxford Street tiene intersección con otras calles londinenses famosas, incluyendo Park Lane, zona de multi mega ricos, y New Bond Street. Nosotros la dejaremos en Oxford Circus, más o menos a la mitad de vía, torciendo a nuestra derecha para entrar en otra no menos famosa, Regent.s, St. Como se ve, casi nada la callecita.
En la foto vemos la calle un día normal. La cosa se anima un poquito más los viernes y sábados por la tarde y no quiero decir nada en navidades o sobre todo el 2 de enero que empiezan las rebajas, porque como es sabido los ingleses no tienen reyes, solo reinas y Beefeteers y por eso, las rebajas empiezan con el año nuevo. Como dato y para no apabullar, les diré que el trozo de calle, la mitad aproximadamente, que recorreremos en este paseo, no más de un km, encontraremos algunas de las marcas mundialmente conocidas como Selfridges, una tienda de lujo que lleva ahí ubicada más de un siglo y de la que es recomendable ver su escaparate lateral dedicado a comidas. Esta tienda es el Harrod´s de los ricos. Siguiendo por la misma acera izquierda y a escasos cien metros Marks & Spencer, con 16.000 m² en el cruce con Orchard Street es otra megatienda con un supermercado increíble y una colección de sándwiches a cual mejor y que al final de la tarde, próximo al cierre entra en rebajas, de sándwiches claro. Por la misma acera podemos ver Borders, una librería, HMV, que tiene tres tiendas en la calle, incluyendo una franquicia dentro de Selfridges, siendo la situada en el número 150 la tienda de música más grande de Europa. John Lewis, Debenhams y House of Fraser son otras marcas con tienda.
El centro de la calle Oxford , donde se cruza con Regent Street, Oxford Circus, es el hogar de tres cadenas de almacenes: H&M, Benetton, la central de Nike y, es precisamente por donde nosotros la dejamos por la derecha cogiendo Regent´s Street o la calle de los Regentes. Y justo cuando abandonamos Oxford St. les cuento lo último, se imaginan con tanta tienda como será la iluminación navideña? Cada Navidad, la calle es decorada con un desfile de luces. La famosa ceremonia de encendido es en la segunda mitad de noviembre, cuando una celebridad baja el interruptor para iluminar la decoración. Las luces permanecen hasta el 6 de enero y no es para que te lo cuenten. Hay que verlo.
Pues dejamos atrás la multitud que parece condensarse en Oxford Circus y vamos hacia el circus mas famoso de Londres y del reino Unido, Picadilly.
Seguimos por la calle, el paseo no es pesado de caminar y podremos ir viendo imponentes edificios con las marcas más prestigiosas de Europa, desde la española Zara hasta la más inglesa de todas, Burberrys. Pero de esta calle, si tuviera que destacar alguna tienda, en la acera de enfrente por la que vamos es Hamleys, la mayor y mejor juguetería del mundo. Cuando entré por primera vez hace ya muchos, recupere de un golpe todo mi alma de niño que espero nunca me abandone. En cualquier temporada, hay en la tienda cantidad de animadores, magos malabaristas etc que hacen las delicias de todos. Y navidades, uf!!!! En navidades…… tiene una iluminación y ambiente único. Vale la pena visitarla
.
Sseguimos andando y nos encontramos con lo que define a Picadilly Circus, su pantalla gigante, el teatro Criterion, la mega tienda de Virgin y sobre todo la estatua de Eros, en cuyas escalinatas se sienta cualquier tarde especialmente de sábado, lo que se podría definir con propiedad, un crisol de culturas.
Después de echar unas miradas por la plaza y ver lo que sale por su múltiple boca de metro, seguimos nuestro paseo bajando por Haymarket St. Es justo la calle que hace esquina el teatro con la plaza y hay una fuente muy fotografiada con hermosas cabezas de caballo. Vale, háganse la fotito ahí antes de proseguir la bajada hasta Trafalgar Square, en la que ni entraremos por tiene vida propia y requiere una paseo por si sola y su entorno. Dejamos la plaza Trafalgar con su estatua de Nelson a la izquierda y seguimos calle abajo hasta girar a la derecha en White Hall, donde empezaremos a ver las sedes de las instituciones administrativas inglesas, el ministerio de defensa, New Scotland Yard, el famoso 10 de Downing Street, residencia de los primeros ministros británicos y los guardias reales a caballo que están de plantón en la entrada de su cuartel a pie de calle y que dicho sea de paso, tienen una paciencia infinita, casi más el caballo, de las tonterías que les hacen los turistas para la foto. Un buen ejemplo de la flema inglesa, la del equino, of course. Seguimos adelante por la misma acera y nos encontramos tres joyas juntas, el Parlamento, la abadía de Westminster y el símbolo de Londres por excelente, el Big Ben, que así se llama el reloj, no la torre que lo sustenta. Continuamos con un leve giro a la izquierda para pasar al otro lado del Tamesis y parar un momento al lado de la sede del antiguo ayuntamiento de la ciudad y la aportación de British Airways para el nuevo milenio. Una gigantesca noria llamada el London Eye u ojo de Londres que si alguna tarde de abril, mayo, junio esta despejada, nos permite unas vistas muy espectaculares de la ciudad.

Y llegados aquí, los que hagan este paseo por primera vez y hayan invertido algo así como tres horas en recorrer poco menos de 5 kms, con paradas, monumentos y demás bellezas que nos ofrece la Londinium de los romanos, deberían plantearse la segunda parte de esta caminata, que los habituales hacemos de un tirón, y que personalmente me parece la parte mas cómoda del mismo. Descender por la orilla derecha del río Támesis desde el puente de Westminster donde estamos, hasta el puente de la Torre de Londres, donde ya el río está más crecido y salado.

Continuamos el paseo dejando a nuestras espaldas la gigantesca noria y echamos a andar por otra obra del milenio. El Queen´s Walk o Paseo de la reina, que nos llevara por este margen del río hasta la Torre de Londres y a nuestro destino final, St Katharine Docks, o el muelle de Santa Catarina, un encantador rincón oculto por edificios de viviendas y comercios donde descansaremos de nuestra ruta tomando una bebida y comiendo en el Riverside Café and Bar, al la orilla del agua en un puerto de deportivo igualmente oculto, y que accede al Tamesis por un lateral.

En los primeros quinientos metros del paseo, pegado al río siempre, lo primero que nos encontramos es la Filmoteca Nacional, un sobrio edifico en cuyos bajos los sábados y domingos se pone un mercadillo de libros postales, y grabados viejos bastante interesante y nada caro. Seguimos en dirección a la Torre que ya la veremos y mas adelante nos tropezamos con la Modern Tate Gallery.

Situada en una antigua central eléctrica, la galería cuenta con una colección permanente de arte moderno internacional que va desde 1900 a la actualidad, e incluye obras de algunos de los artistas más destacados del siglo XX, entre ellos Picasso, Warhol y Dalí. Frente a ella, está otra obra emblemática del milenio, un puente moderno sobre el río que diseño Norman Foster y que permite a los peatones salir en el entorno de la catedral de St. Paul, otra de las muchas maravillas que nos ofrece esta ciudad. Uno de los atractivos que nos ofrece esta parte del camino es que podremos contemplar todos los edificios del otro lado y los modernos de este, como esa especie el cubo de cristal inclinado dedicado a oficinas que se muestra a continuación.

Siguiendo nuestra ruta, pasaremos por unas construcciones de mas de dos siglos, con unas callejas que nos transportan a los mas macabro de Dickens, justo por unos subterráneos aledaños a una prisión de la época, para emerger seguidamente a unas terrazas donde unas terrazas muy agradables están ocupadas por restaurantes de diverso pelaje, destacando un italiano que no es caro y si muy agradable con buen tiempo. Hay que señalar que cuando digo que no es caro, quiero decir que está bien de precio, porque en esta Ciudad de los prodigios no hay nada barato en estrictu sensu.
Pasamos el puente de la foto anterior, la legendaria torre de Londres que tantas desdichas acumuló en tanta gente y llegamos al muelle de Santa Catarina. Desde el puente no se ve, tiene delante unas torres a modo de murallas y las tenemos que atravesar por unos corredores. La cáscara que guarda el encanto del interior la forma un hotel El Thistle Hotel, una tienda de Hagen Daaz y una vez dentro llegamos al remanso de paz de St. Katahrines. Una de las zonas mas caras y exclusivas de Loondres para vivir, con su muelle deportivo interior y sus terracitas, donde podremos descansar, comer, echar un café y siempre atendidos por un “brodel” dominicano llamado Enrique que es la amabilidad personificada en hostelería. En cuanto oye hablar español, se acerca a la mesa y nos envuelve con su buen humor y su mejor hacer. Si además de español, capta algún acento melodioso tipo canario, la invitación al café esta asegurada. Palabra de honor.
Tras descansar el rato que se quiera y visitar la Torre y hacerse fotos con los Beefeters nos queda deshacer lo andado. No se preocupen, está previsto. Justo enfrente para el autobús numero 15 o el 17. Se suben, y en una hora los devuelve tras un agradable trayecto en la parada de Lancaster Gate, closer a Hyde Park, que fue donde comenzamos este paseo que espero les haya gustado.















viernes, 13 de marzo de 2009

Paseando por La Umbría


Umbría, limite con el Lazio la región donde se asienta Roma, tiene, como casi toda Italia, paisajes y lugares dignos de de visitar. Hoy, aprovecho un domingo sin actividad en Roma, para invitarles a visitar Orvieto, un pueblito a apena s una hora de la Cittá y tan lleno de encantos como cercano.

Si les apetece coche, está a poco mas de 100 kms y una hora de Roma por la A1 o autostrada del sole, en dirección Firenze. Aunque en este caso, personalmente prefiero el tren que tarda más o menos los mismo y hay varios trayectos que lo cubren, desde los cercanías hasta los que van a Florencia. Mención aparte merece Trenitalia, que es como la Renfe, pero en versión mala y sucia, eso si, considerablemente más barata.

Desde la estación de tren, que está en el llano, debemos subir en un pequeño teleférico panorámico que cubre en apenas cinco minutos los casi 300 metros que el pueblo, fortaleza medieval, está elevado sobre la llanura umbra.

Para los de cultura latina, Orvieto, ciudad vieja, y participe en todas las guerras desde los etruscos que la fundaron, surge sobre una base de piedra que la aísla del territorio circunstante poniendo en evidencia su posición estratégica en su pasado y que hoy singulariza todo su particular encanto.

Terminada la subida, que los escaladores y deportista pueden hacer si quieren a pie o en coche, llegamos a un parque mirador desde el que se columbra una campiña plana y verde en todo su esplendor, con unos atardeceres espectacularmente hermosos.


Echamos a andar hacia el centro del pueblo, admirando unos callejones porticados que nos parece que en cualquier momento va a saltar desde un balcón un caballero armado o damisela en apuros, y vamos disfrutando de a poco, de toda la belleza de sus piedras y sus fachadas.


Poco a poco, piano piano que se va lontano,vamos llegando hasta la joya de la corona, su Duomo, que los naturales dicen si recato, que no solo es el más antiguo de Italia sino el más hermoso. Y la verdad, que todos los duomos que he visto son magníficos y no valen las comparaciones, pero el de Orvieto, por si y por su entorno es único, tanto su fachada como su interior.


Es una catedral del siglo XIV construida por orden del Papa Urbano IV para conmemorar y ofrecer un lugar de culto adecuado al milagro eucarístico de Bolsena. Aunque el pueblo nunca estuvo entre los territorios papales, por razones estratégicas los pontífices siempre la “mimaban”, y esta catedral es considerada como una obra maestra de la arquitectura gótica italiana y es una razón añadida para su visita, y si se es amante del gótico pues……


Otro lugar recomendable para una visita es la iglesia de Santo Domingo, Chiesa di San Doménico, que aparte de su belleza y entorno, tiene la particularidad de haber sido construida sobre un templo pagano, que a los católicos de la época parece que les ponía mas.


En fin, sitio para perderse por sus estrechas calles y callejones,donde se puede ver que la tradición en el cuidado del entorno no está reñida ni con el turismo ni mucho menos con el comercio. En todas las calles, en zaguanes y edificaciones espectaculares, podemos encontrar desde un pequeño comercio de cosas típicas, dulces, vinos, hasta una estupenda trattoria donde degustar una pasta al olio o una carpa a la parrilla típica y terminar con un digestivo fuertecito de la zona. Si se atreven, les recomiendo que prueben unas de las “delicatesen” de la zona, tortilla de trufa negra, o frittata di tartufi neri.


Disfruten del día y vuelvan a Roma al atardecer para constatar que si San Pedro la eligió, fue por algo.

jueves, 12 de marzo de 2009

Un paseo hasta Avignon



























Hoy voy a invitarles a un paseo por Aviñón, o Avignon. Si buceamos un poco en la historia de esta ciudad, nunca se sabe por qué recordarla. Es de lo más completita. Están desde los famosos Papas, siete de orden y dos antipapas que residieron en esta ciudad en el siglo XIV; el soberbio puente también conocido como el Pont St-Bénézet, puente medieval sobre el emblemático Ródano, que cruzaba desde la ciudad de Aviñón hasta Villeneuve-lès-Avignon. La leyenda atribuye su construcción a la inspiración del niño San Benezet, y en la actualidad, el tiempo pasa para todos, solo le quedan cuatro de los ventidós arcos originales; el festival de teatro, las señoritas que inmortalizó el insigne Picasso y por tener, tiene hasta su ruiseñor, el más famoso del mundo. Mirelle Mathieu la genial cantante conocida como el ruiseñor de Aviñón.


Está situada en el corazón de la Provenza, dentro del ámbito de la cultura occitana que ha producido últimamente tanta pseudo novela; es una ciudad, con categoría de villa, de rico patrimonio protegido, como lo demuestra la declaración, en
1995, del centro de Aviñón como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.


Dentro de la arquitectura civil destaca el Ayuntamiento (Hôtel de Ville), un edificio moderno con un campanario del siglo XIV, y el antiguo Hôtel des Monnaies, situado frente a la entrada principal del palacio. Fue edificado en el siglo XVII y fue utilizado como conservatorio nacional de música hasta hace un par de años.


Pero si no olvidamos in poco de la historia y nos dejamos caer por la ville durante el mes de julio, podremos disfrutar del ambiente de su festival de teatro. Veremos como todos o casi todos los comercios se involucran y cuelgan en sus frontales, escaparates y calles los carteles artesanos de las múltiples compañías que desde los lugares más variopintos del planeta, se dejan caer por su festival. En su zona peatonal, las calles Joseph Vernet y St-Agricol, el barrio de la Balance y la gran calle de la République eje de la ciudad vieja, que muestran una vasta oferta de los productos típicos de la Provenza, telas, manteles, cerámica variada, lavanda, jabones, etc., hasta la más modesta boulangerie encontraremos la misma y variopinta cartelería de esas pequeñas compañías teatrales que buscando su lugar al sol, quizá encuentren sus cinco minutos de gloria en la ciudad de los papas y de la pequeña –gran- Mireille Mathieu.


Aunque personalmente prefiero hacer este tipo de viajes en coche, como parte de un conjunto, Aviñón esta a menos de 500 kms de Barcelona, por la importancia estratégica que tuvo en el pasado, está muy bien comunicada. Tiene aeropuerto aunque no vuelos directos con España, pero se sitúa a media hora de tren de Marsella, donde hay vuelos baratos desde varias ciudades españolas, hora y media en coche, muy cerca también de Nimes, Orange y Montpellier. A la altura de Aviñón la línea de alta velocidad que viene Paris y Lyón se parte en dos, un ramal va hacia Nimes, Montpellier y España, el otro hacia Marsella, Niza e Italia. Eso permite que la ciudad se una en apenas dos horas y media con Paris situado a casi 800 km. Increíble si tenemos en cuenta que es el mismo tiempo de un ave Madrid - Sevilla que están separadas por 300 kms menos. ¿Chauvinistas? A veces con razón.
Y después de un duro día de pateos y visitas, nada mejor que terminar con una cena en cualquiera de los establecimientos populares de la zona peatonal o cerca de la catedral, donde podremos saborear una cassuolet, que es una especie de fabada franchute fuertecita, bien regada de algún vino con denominación Cotes du Rhone Avignon, no son baratos, y terminar con unos Calissons unos bombones característicos de la zona.

Ah, para los amantes del tinto les recomiendo visitar las bodegas legendarias que rodean la ville, donde se pueden hacer degustaciones y adquirir vino. Las más famosas son las enclavadas en las tierras de Chateauneuf du Pape.Y a partir de aquí, que cada uno se fabrique su viaje, que como las identificaciones, deberá ser personal e intransferible.


miércoles, 11 de marzo de 2009

ASESORES

Desde hace muchos años, algunas personas utilizan asesores especialistas para sus viajes. No se trata de las genéricas agencias de viajes, donde la mayoría ofrece un excelente servicio, pero es más difícil la personalización y sobre todo el asesoramiento individualizado. Porque no se trata de “vender”. De hecho, este tipo de asesores no vende nada, simplemente se limitan a cumplir un encargo de sugerir y recomendar unos trayectos y el diseño de un viaje único. Esta es la diferencia con una agencia tradicional. Normalmente es gente que tiene experiencia en viajes, y solo suelen recomendar hoteles, rutas, restaurantes e itinerarios que previamente conocen. Cuando personalizan unas vacaciones, suelen recomendar alquileres de coches, aerolíneas, hoteles o restaurantes de diverso pelaje, pero no tienen nada que ver con los aspectos mercantiles de los mismos.
Este tipo de asesores, hasta hace algún tiempo solo eran utilizados por gente “pudiente”, actores, magnates y gente en suma, rica. Ahora, con la democratización de los viajes por un lado y la crisis por otra, se está generalizando para la gente del común. No suele ser caro, las tarifas van en función de la complejidad y costo total del viaje, pero la experiencia que conocemos de la gente económicamente “normal” que los han utilizado es bastante satisfactoria en líneas generales. Vale la pena pagar unos pocos euros para que alguien que sabe, te oriente y ponga su experiencia a tu disposición. La satisfacción no está solo en la forma de viajar sino que económicamente es bastante rentable y compensa lo ahorrado con lo pagado.

martes, 10 de marzo de 2009

La Cóte....siempre sera La Cóte...






Que los franceses son bastante pretenciosos, chauvinistas que dirían ellos, es algo con lo que llevan viviendo toda su existencia, y lo que les queda. Pero hoy me gustaría proponer a quien le apetezca un paseo hacia una localidad, pequeña, costera, cercana a Italia llamada Menton.

Como botón de muestra del chauvinismo, los mentoneses están orgullosos y lo largan a poco que pueden, lo que el genial músico Franz Liszt dijo de esta pequeña población antes de morir en 1.866 “Nunca en ningún país del mundo, yo había sentido esta sensación total de la felicidad”.

Pero bueno, no es precisamente un homenaje al genial pianista autor de la sinfonía Dante y vocacional seguidor de “Il poverello de Asisi” lo que me lleva hoy a recomendar un paseo por Menton sino su ya clásica “ fête du citrón”, o lo que es lo mismo, su “Festival del Limón” que cada año se celebra entre la última quincena de febrero y la primera de marzo.


Se trata en esencia de hacer expresiones y composiciones artísticas usando como material los limones. Desde figuras ultra curiosas hasta dedicarlo a temas concretos, lo que sale de las manos de los mentoneses es maravilla pura. En las imágenes que siguen se ven dos cuadros del año 2001 que se dedicó a los personajes y cuentos del genial Perrault.

Menton lo tenemos a 700 kms de Barcelona en coche y a 10 de Ventimiglia si venimos de Italia. Como aliciente tenemos cerca la démodé San Remo o Montecarlo y toda la belleza de la Costa Azul. La Cóte, que siempre será La Cóte. Feliz viaje si algún@ se anima , ya contareis, y si es aquí en este espacio, mejorrr ¡!!!!