Si les apetece coche, está a poco mas de 100 kms y una hora de Roma por la A1 o autostrada del sole, en dirección Firenze. Aunque en este caso, personalmente prefiero el tren que tarda más o menos los mismo y hay varios trayectos que lo cubren, desde los cercanías hasta los que van a Florencia. Mención aparte merece Trenitalia, que es como la Renfe, pero en versión mala y sucia, eso si, considerablemente más barata.
Desde la estación de tren, que está en el llano, debemos subir en un pequeño teleférico panorámico que cubre en apenas cinco minutos los casi 300 metros que el pueblo, fortaleza medieval, está elevado sobre la llanura umbra.
Para los de cultura latina, Orvieto, ciudad vieja, y participe en todas las guerras desde los etruscos que la fundaron, surge sobre una base de piedra que la aísla del territorio circunstante poniendo en evidencia su posición estratégica en su pasado y que hoy singulariza todo su particular encanto.
Terminada la subida, que los escaladores y deportista pueden hacer si quieren a pie o en coche, llegamos a un parque mirador desde el que se columbra una campiña plana y verde en todo su esplendor, con unos atardeceres espectacularmente hermosos.
Echamos a andar hacia el centro del pueblo, admirando unos callejones porticados que nos parece que en cualquier momento va a saltar desde un balcón un caballero armado o damisela en apuros, y vamos disfrutando de a poco, de toda la belleza de sus piedras y sus fachadas.
Poco a poco, piano piano que se va lontano,vamos llegando hasta la joya de la corona, su Duomo, que los naturales dicen si recato, que no solo es el más antiguo de Italia sino el más hermoso. Y la verdad, que todos los duomos que he visto son magníficos y no valen las comparaciones, pero el de Orvieto, por si y por su entorno es único, tanto su fachada como su interior.
Es una catedral del siglo XIV construida por orden del Papa Urbano IV para conmemorar y ofrecer un lugar de culto adecuado al milagro eucarístico de Bolsena. Aunque el pueblo nunca estuvo entre los territorios papales, por razones estratégicas los pontífices siempre la “mimaban”, y esta catedral es considerada como una obra maestra de la arquitectura gótica italiana y es una razón añadida para su visita, y si se es amante del gótico pues……
Otro lugar recomendable para una visita es la iglesia de Santo Domingo, Chiesa di San Doménico, que aparte de su belleza y entorno, tiene la particularidad de haber sido construida sobre un templo pagano, que a los católicos de la época parece que les ponía mas.
En fin, sitio para perderse por sus estrechas calles y callejones,donde se puede ver que la tradición en el cuidado del entorno no está reñida ni con el turismo ni mucho menos con el comercio. En todas las calles, en zaguanes y edificaciones espectaculares, podemos encontrar desde un pequeño comercio de cosas típicas, dulces, vinos, hasta una estupenda trattoria donde degustar una pasta al olio o una carpa a la parrilla típica y terminar con un digestivo fuertecito de la zona. Si se atreven, les recomiendo que prueben unas de las “delicatesen” de la zona, tortilla de trufa negra, o frittata di tartufi neri.
Disfruten del día y vuelvan a Roma al atardecer para constatar que si San Pedro la eligió, fue por algo.
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